La reconfiguración tras el covid-19
(2020-09-18)
Expansión
Juan Tolentino
pag 78
LA RECONFIGURACIÓN TRAS EL COVID-19
No hay mercado que se haya salvado de la pandemia y México deberá mantenerse
competitivo para atraer a un consumidor más precavido pero ávido de nuevas
experiencias.
La pandemia se llevó consigo a un turista que la industria no volverá a ver, al
menos, durante un tiempo, debido a que la preocupación por la seguridad
sanitaria ha quitado a muchos las ganas de viajar. A la par, los visitantes
verán cómo algunos de los destinos predilectos del mercado han cambiado, lo que
derivará en un entorno muy competitivo en el que México tendrá que abrirse
paso.
El coronavirus ha dejado un perfil del turista que optará por los viajes
carreteros o inferiores a cuatro horas por avión, estará preocupado por la
seguridad sanitaria y pendiente de la tranquilidad que un destino transmita.
Aunque se prevé que la recuperación se dé primero en el segmento doméstico, el
internacional estará dominado por los visitantes de Estados Unidos, explica
Francisco Madrid, director del Centro de Investigación y Competitividad
Turística (Cicotur) Anáhuac, ya que, junto a Canadá, representó casi 70% de los
viajeros extranjeros que entraron al país el año pasado.
También se está produciendo un cambio profundo en cuanto al producto que
buscarán los usuarios, lo que deriva en el reto de innovar con una estructura
turística debilitada, advierte Yolanda Perdomo, asesora de turismo de la
consultora ICF. LE)
PERFILES. Tras la pandemia, el turista buscará destinos más sostenibles,
individualizados y con valor cultural.
70%
de los turistas en 2019 procedía de EU y Canadá.
60%
se redujeron las rutas aéreas internacionales con salida o destino a México
hasta julio. “Hay un cambio total en cómo la gente quiere viajar y lo que quieren
hacer. Lo que se esperaba para los siguientes cinco a 10 años se ha acelerado y
ha ocurrido en cuatro o cinco meses, ya que buscan un producto más sostenible,
más individualizado, tener opciones en la parte cultural o patrimonial, y con
un mayor valor gastronómico y opciones tecnológicas”, indica.
Además del producto, la especialista considera que la promoción y la
conectividad aérea serán claves, y aunque el primer rubro pareciera ser la
prioridad del sector público y privado, el segundo tiene un escenario más
difícil. Según datos de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, en julio
de 2019 se operaron 219 rutas nacionales, una cifra que bajó a 156 en julio de
este año, es decir, una baja de las rutas. En el segmento internacional, la
pérdida ha sido de 60% de las rutas, con apenas 111 rutas operando de las 281
registradas en 2019.
Esta conectividad limitada significa un importante riesgo para el turismo,
sobre todo, para destinos secundarios, considera Fernando Gómez Suárez, analista de la industria aérea. “Las grandes
ciudades no siempre son grandes centros distribuidores. Suelen ser las urbes
más grandes, pero no necesariamente coinciden en permitir una amplia
conectividad aérea”, refiere.
Una atención a la promoción, a la mejoría del producto turístico y a la
conectividad aérea dotará de competitividad al país en un momento crítico para
todos los destinos. “México tuvo siempre un posicionamiento turístico
interesante, el tema es que hoy muchos otros destinos han hecho un trabajo
excelente. Tienen una planta hotelera fantástica, buena promoción y han hecho
un extraordinario trabajo con los Pueblos Mágicos; pero no he visto ninguna
noticia innovadora con respecto al destino en los últimos años, y así como
ahora tienen una reputación, la pueden perder en cualquier momento. Nadie se
puede dormir en sus laureles”, concluye Perdomo.
FOTO: CARLOS FIGUEROA
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