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Interjet, a la sombra del SAT y conflicto laboral, atraviesa horas cruciales
29 de oct. (Sentido Común) -- Cuando Interjet, la línea aérea propiedad del conglomerado mexicano Grupo Alemán, realizó su vuelo inaugural con una aeronave Airbus A320, en diciembre de 2005, no tenía en mente que, casi 15 años después, estaría operando con muy pocos aviones y en medio de lo que parece ser una tormenta perfecta que pone en riesgo su existencia.
La compañía está a unas horas de conocer si sus trabajadores, afiliados a la Sección 15 de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), finalmente estallarán la huelga a la que emplazaron originalmente para el 20 de octubre ante la inconformidad por el atraso en el pago de salarios y prestaciones --al menos desde agosto-- y que tuvo su última prórroga hace 10 días.
Sindicato y empresa tendrán una nueva reunión con autoridades laborales este jueves y, tras esa fecha, la Sección 15 definirá si otorga una nueva prórroga o bien si recurre al estallamiento de huelga, protestas públicas e incluso a rescindir la relación de trabajo con la empresa. En cualquier caso parece que la posibilidad de detener por completo sus operaciones está en su punto más alto, ya que la empresa carece de liquidez.
“Ante la falta de pagos, personal de tripulación podría no presentarse, como ya ha sucedido en otros casos y en otras aerolíneas”, dijo en entrevista para Sentido Común Fernando Gómez Suárez, analista independiente del sector aeroportuario. “Esto obligaría obviamente a paralizar, quizá momentáneamente, o quizá por días, las rutas o vuelos programados”.
Las negociaciones entre sindicato y empresa en torno al personal de base serán cruciales, no obstante también están aquellos trabajadores que no pertenecen a la agrupación sindical y que también podrían complicar la operación en caso de decidir parar actividades.
Si bien es cierto que luce sombrío el conflicto laboral que saltó al ojo público a mediados de agosto, cuando la aerolínea acumulaba al menos una quincena atrasada a sus trabajadores, no es el problema más urgente de resolver. Antes está su abultada deuda con el Servicio de Administración Tributaria (SAT).
La empresa enfrenta desde febrero el embargo de cuentas bancarias, refacciones, oficinas e incluso algunos bienes pertenecientes a la familia Alemán, fundadores de la empresa y que figuran como solidarios responsables, de acuerdo con lo dicho por el la Sección 15 de la CTM a sus trabajadores.
“La liquidez actual de la empresa solo alcanza para sostener la operación y no dejar de volar para mantener la concesión”, dijo la organización gremial en un comunicado dirigido a los trabajadores de la aerolínea.
La delicada situación con las autoridades fiscales persiste pese al acuerdo alcanzado para el pago de impuestos y derechos atrasados correspondientes al periodo de 2013 a 2019, y que de acuerdo con algunos reportes periodísticos sumarían 784.5 millones de pesos (37 millones de dólares). Los acuerdos fueron confirmados por el presidente, Andrés Manuel López Obrador, durante una de sus habituales conferencias matutinas en febrero.
El último reclamo conocido es la queja colectiva organizada por Tec-Check, una plataforma que asiste a consumidores con inconvenientes en sus compras en línea, cuyos reclamos por vuelos no operados ascienden a tres millones de pesos (140 mil dólares).
“Todos deben ser atendidos, pero el más urgente es el de la situación fiscal. . . tiene que ponerse en orden y luego viene también la situación con los trabajadores”, apuntó Gómez, quien también es profesor invitado de la Universidad Panamericana en la maestría de Gobierno y Políticas Públicas. “De eso tendría que ir desactivando todos los demás adeudos”.
Para el sindicato, el embargo del SAT a Interjet es el motivo que mantiene sin concretar la inyección de capital, por 150 millones de dólares, anunciada en julio por la aerolínea y en la que participan el exbanquero Carlos Cabal Peniche y el empresario Alejandro del Valle.
Su retiro, dice la Sección 15 de la CTM, permitiría el pago de los impuestos y el fin de la intervención de la caja por parte del SAT, la concreción de la inversión y con ello, la preservación de los empleos y el pago de los salarios y demás prestaciones atrasadas.
Claro que el SAT podría no ser el único impedimento para aterrizar la inversión, ya que también es objeto de escrutinio por parte de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), ya que las leyes mexicanas obligan a que transacciones del tamaño de la que Grupo Alemán y el grupo de inversionistas dieron a conocer, deben ser notificadas.
En la página de internet de la dependencia encargada de vigilar y sancionar las prácticas monopólicas o las concentraciones ilegales, existen algunos expedientes en los que se indica que otorgaron prórrogas a las empresas ABC Aerolíneas, el nombre oficial de Interjet, y HBC International para cumplir con la notificación de la transacción.
Para algunos esto quizás implique que si bien Peniche y Del Valle habían alcanzado tentativamente un acuerdo con la familia Alemán para inyectarle recursos a Interjet a cambio de adquirir un interés en la compañía de aviación, esa operación aún no se finiquita.
Otros incluso especulan que ante la precaria situación financiera y laboral de Interjet los potenciales socios de los Alemán están ahora dudando de proseguir con la inversión en la compañía aérea.
A los problemas financieros secundan los operativos, que si bien son una constante para la aerolínea al menos desde el año pasado, agravaron con el impacto que tuvo en la industria aérea desde los primeros meses del año la pandemia de SARS-CoV-2, el virus causante de covid-19.
En septiembre, la compañía movilizó a alrededor de 41 mil 500 personas, lo que representó 94.5% menos pasajeros respecto al mismo mes de 2019; en tanto que el número de vuelos realizados descendió 86.1%, al pasar de cinco mil 911 operaciones realizadas en el noveno mes del año anterior, a 820 este año, de acuerdo con estadísticas de la Agencia Federal de Aviación Civil.
De momento la aerolínea da servicio con siete aviones de fabricación rusa Sukhoi SU10, menos de la décima parte de su flota que a últimos años conformó con aviones Airbus A320, ante la fallida estrategia que le resultó adquirir aviones rusos que suponían contratiempos logísticos a la hora de requerir de refacciones.
Este panorama, y los contratiempos para concretar la inyección de capital dejan muy pocas opciones a la empresa, como acogerse de manera voluntaria a la Ley de Concursos Mercantiles para reorganizar sus finanzas y operación, a consideración de los especialistas.
“Puede ser un recurso, pero esa es decisión de la empresa”, agregó Gómez. “Tiene que haber un ordenamiento, una salida ordenada de cada uno de sus adeudos”.
Interjet fue consultada por Sentido Común por el estatus que guarda el proceso de inyección del capital, así como el de las negociaciones con su sindicato, sin respuesta.